La maldición de
Jehová está en la casa del impío, Pero bendecirá la morada de los justos. (Proverbios
3:33).
La Palabra de Dios debería
dominar juiciosamente... las mentes jóvenes, y ser su norma de rectitud, corrigiendo sus errores, iluminando y guiando sus mentes, lo que será mucho más efectivo para refrenar y controlar el temperamento impulsivo de lo que pueden serlo las palabras ásperas que provocan la ira...
Una alegre disposición y palabras agradables y animadoras iluminarán el
hogar más pobre, y serán como un
talismán para guardar al padre y a los hijos de muchas tentaciones que los intentan alejar del amor al hogar...
La tarea de hacer feliz el hogar no descansa sólo
sobre la madre.
El padre tiene una parte importante que cumplir.
El esposo es el
protector de los tesoros del hogar, uniendo con su afecto
fuerte, ferviente y devoto a los miembros del hogar, la madre y los hijos, juntos con los vínculos
más fuertes de unión.
Es él quien debe estimular, con palabras alegres, los
esfuerzos de la madre al criar a los hijos.
La madre pocas veces
aprecia su propia tarea, y frecuentemente estima de
manera tan baja su labor que la considera una pesada carga.
Cumple la misma rutina día tras día, semana tras semana, sin que se vean resultados
especialmente notorios.
Ella no puede contar, al fin de día, cuántas cosas
pequeñas ha realizado.
Frente a las
realizaciones de su esposo, siente que no ha
hecho nada digno de ser mencionado.
El padre frecuentemente llega con aire de satisfacción propia, y orgullosamente repasa lo que ha realizado
durante el día... Ella no ha hecho mucho, excepto cuidar de los niños, cocinar las comidas y mantener la casa en
orden.
No ha actuado como mercader, no ha comprado ni vendido; no ha actuado como granjero, preparando la
tierra; no ha actuado como mecánico, por lo tanto, no ha hecho nada que pueda hacerla sentir cansada...
Si el velo pudiera ser levantado, y el padre y la madre vieran cómo Dios ve la tarea del día, y vieran cómo su ojo infinito compara la tarea de uno con la del otro, quedarían asombrados con la revelación celestial.
El padre vería sus
labores bajo una luz más modesta, mientras que la madre
tendría nuevo ánimo y energía para seguir su tarea con sabiduría, perseverancia y paciencia.
Ahora ella, conoce su valor.
Mientras que el padre ha estado tratando con las cosas que han
de perecer, la madre ha estado tratando con mentes y caracteres en desarrollo, trabajando no sólo para este tiempo, sino para la eternidad.
Su tarea, si fue hecha fielmente en Dios, será inmortalizada.
-Signs of the
Times, 13 de septiembre de 1877. RJ168/EGW/MHP 169
AUDIO.
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