Y el joven
Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres. (1
Samuel 2:26).
El cumplimiento del voto de Ana de dedicar su hijo al Señor no fue demorado hasta que pudiera presentarlo en el tabernáculo.
Desde el mismo amanecer del intelecto instruyó su mente infantil para
que amara y reverenciara a Dios, y se considerara a sí mismo como propiedad del
Señor.
Ella buscó guiar sus pensamientos hacia el Creador con cada
objeto familiar que lo rodeaba.
Cuando se separó de
su hijo, la solicitud de esa fiel madre no cesó.
Él era el objeto de
sus oraciones. Cada año le hacía una
pequeña túnica, y cuando venía con su
esposo para el sacrificio anual, se la presentaba al niño como prenda de su
amor.
En cada puntada de esa túnica ella
había musitado una oración para que pudiera ser puro, noble e íntegro.
No pedía que pudiera ser grande, sino que fervientemente
rogaba que pudiera ser bueno.
Su fe y devoción fueron
recompensadas. Pudo ver a su hijo, en la
sencillez de la niñez, caminar en el amor y el temor de Dios.
Lo vio crecer hasta la
madurez en favor para con Dios y para con los hombres, humilde, reverente, puntual en el deber, y ferviente en el
servicio de su divino Maestro...
Ojalá cada madre pudiera ser
consciente de cuán grandes son sus deberes y sus responsabilidades, y cuán grande será la recompensa de la fidelidad.
La influencia diaria de la madre sobre sus hijos los está preparando para
la vida eterna o la muerte eterna.
Ella ejerce en su hogar
un poder más decisivo que el ministro en el púlpito, o aun el rey en su trono.
El día de Dios habrá de revelar
cuánto debe el mundo a las madres piadosas por hombres que han sido
resueltos abogados de la verdad y la reforma -hombres
que han sido decididos para hacer y atreverse a ello, que se han mantenido
inconmovibles en medio de pruebas y tentaciones; hombres
que escogen los elevados y santos intereses de la verdad y la gloria de Dios
antes que el honor mundano o la vida misma.
Cuando el Juez se siente y los libros sean abiertos; cuando
el "bien hecho" del gran Juez
sea pronunciado y la corona de gloria sea puesta sobre la frente del
vencedor, muchos alzarán sus coronas ante la vista del
universo reunido, y señalando a su madre dirán: "Ella me hizo todo lo que
soy por la gracia de Dios.
Su instrucción, sus oraciones, han sido bendecidas para mi salvación
eterna".
Samuel llegó a ser un gran hombre en el sentido más completo, de
la forma como Dios estima el carácter...
Los jóvenes deberían ser adiestrados para permanecer firmes
del lado de lo correcto en medio de la
prevaleciente iniquidad,
para hacer todo lo que esté de su
parte para
detener el avance del vicio, y para promover la
virtud,
la pureza y la auténtica hombría.
Las impresiones hechas sobre la mente y el carácter en la vida temprana son
profundas y permanentes.
-Signs of he Times, 3 de noviembre de 1881. RJ187/EGW/MHP
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AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=4k7eEPsH7sk&list=PLtrFh-HO7ogAi4YKz7zJQjd1Lir1aFaVt&index=30&pp=sAQB
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